La economía azul en la Unión Europea es “la que reconoce la importancia de los mares y océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento”.
Este multisector es un pilar para varios países de la Unión Europea, teniendo un crecimiento constante en la última década. El comisario europeo de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, lo calificó como “prometedor” su potencial para el futuro: “Con inversiones en innovación y a través de una gestión oceánica responsable, integrando aspectos ambientales, económicos y sociales, podemos duplicar el sector de forma sostenible para 2030”.
La economía azul es tan relevante que da trabajo a casi 3.5 millones de personas dentro de UE, factura hasta 566.000 millones al año y representa el 1,3% del PIB del conjunto de todos los países. Según datos del 2016 recogidos de un informe publicado por la Unión Europea.
España, debido a su geografía, es la segunda ‘economía azul’ de la Unión Europea. De momento, solo Reino Unido nos supera, y se sitúa por delante de Italia, Francia y Grecia. Rodeada por el Mar Mediterráneo, el Mar Cantábrico y el Océano Atlántico, ha encontrado una fuente extraordinaria de ingresos, generando hasta 700.000 puestos de trabajo relacionados a la economía azul, siendo el sector turismo, con 77% del total, quien lidera las estadísticas. Seguido por los recursos marinos con 17% de empleos.
Durante la crisis financiera demostró su resistencia, lo que contribuyó a suavizar los efectos de la recesión en las economías costeras.
Puerto de Vigo
Una de las iniciativas que ya ha empezado a dar sus frutos en la llevada a cabo en Puerto de Vigo, donde ya se ha implementado la estrategia de crecimiento azul. El objetivo es ayudar a regiones costeras a asegurar su viabilidad a través de la innovación, pero también perpetuando su tradición.
El plan fue llevado a cabo desde 2016 como proyecto piloto que sirviera para su posterior aplicación en otras regiones. En noviembre del 2018 se presentaron los resultados de las acciones llevadas a cabo durante esos dos años. El resultado es un puerto renovado, que ha modernizado sus estructuras. Es un proyecto en el que han trabajado hasta 300 entidades pertenecientes al sector de la investigación y la formación, la administración pública, el sector privado y la sociedad civil
Para lo que se han tenido en cuenta variables como la sostenibilidad, la digitalización y la conectividad, unidos a la investigación y el turismo costero. La idea es que sirva de modelo para otros puertos que inicien su transformación en los próximos años.
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