La mentalidad de empresario vs la mentalidad de empleado

Al desarrollar un negocio existen muchas consideraciones que hay que tener en cuenta, y algo que sucede muy a menudo es que las personas desean volverse empresarios pero muchas veces les cuesta abandonar esa mentalidad de empleado o quizás dejar atrás la “seguridad” que te ofrece un empleo.

Ciertamente, la mentalidad entre un empleado y un empresario es muy distinta, desde los niveles de responsabilidad que una cabeza de negocio debe adquirir a los roles que debe cumplir un subordinado. Para que exista una correcta armonía y fluyan los procesos de la manera más armónica posible las funciones deben estar muy claras y cada quien debe desempeñar su rol de la forma que le corresponde.

Un empresario debe empezar a trabajar en función de dar cumplimiento a la labor administrativa y de gerencia que debe llevar adelante para que el negocio funcione. Igualmente, es visto como un líder de equipo, un estratega que supervisa que las tareas de los empleados se cumplan y toda la organización avance a corto, mediano o largo plazo.

¿Trabajar para otro o trabajar para ti?

Un empleado espera que le den las instrucciones para cumplir las tareas, solo cumple las órdenes de un supervisor o alguien que suponga un cargo más alto, representa cierta zona de confort en algún punto, pues las decisiones pesadas son tomadas por otros.

Al estar en una posición de empresario la idea es gerenciar, tomar las decisiones y examinar desde tu punto de vista qué es lo mejor para la organización. Por supuesto se trata de algo que tiene ventajas y desventajas, pero siempre que nos mantengamos buscando un reto o surgir hacia algo nuevo o mejor, esta será una posición donde muchos querrán mantenerse.

Hay aspectos puntuales que cada figura debe desarrollar en el negocio:

Empleado:

  • Si se trata de un negocio de restauración es necesario tener un empleado que atienda al cliente, que lo reciba con una sonrisa, que sirva el producto y lo ofrezca de una forma atractiva, asimismo que desarrolle su papel de ese lado de la organización con ciertos valores e identificación por la marca.

Empresario:

  • En lo que respecta a las negociaciones, buscar proveedores, escoger cuales son los mejores, y tomar decisiones que pueden afectar al negocio, se trata de un trabajo que no puede desarrollar un empleado, pues son labores administrativas y de envergadura para la organización que le competen a la cabeza de ese proyecto.

En este sentido, el enfoque del empresario debe ser el de entender, asumir y aceptar que está en esa posición para resolver la mayor cantidad de problemas que puedan presentarse en el camino y gerenciar de manera tal que esta crisis no sacuda a la empresa y termine por enterrarla, así que ciertamente, es una gran responsabilidad en sus manos.

Pero surge la siguiente pregunta ¿es posible ser empresario si no te gusta resolver problemas?

En primer lugar, como ya lo mencionamos, debes tener la capacidad de manejar crisis, resolver problemas, anticiparte a ellos o estar consciente que pueden suceder y encontrar soluciones si quieres ser un buen empresario.

No es posible mantenerse en un puesto de gerencia sin aprender a tomar decisiones, soltar lo que debes soltar y resolver lo que está a tu alcance y de la organización  para salir adelante. Se trata de mucha presión, por eso se busca siempre un perfil específico y personas que puedan lidiar con ciertas situaciones y llegar al objetivo planteado.

La Evaluación:

En definitiva hay que aprender a lidiar con la toma de decisiones, y si eres una persona que no está acostumbrada o simplemente no quiere tomar tantas decisiones entonces no estás hecho o quizás no estás preparado para ejercer un cargo de empresario o jefe.

Ese análisis debe hacerse cuando se está en la fase de emprendedor, es decir, cuando todo está iniciando, y debes ser capaz de analizar si quieres vivir con ese proceso interno de aprender a tomar decisiones aunque puedas equivocarte o retirarte en ese momento.

Desde el punto en que eres emprendedor debes evaluar y buscar todas las herramientas para que logres ser un empresario exitoso. Podemos decir entonces que un empresario es la evolución de un emprendedor, es decir, inicias como emprendedor, luego evalúas tus capacidades y funciones y si posteriormente consideras que estás en esa fase es ahí cuando decides pasar a ser un empresario.

Con todo esto no queremos decir que un empresario deba trabajar solo, porque no es cierto y además no es sano. En este momento, incluso con todo lo que la pandemia ha dejado, el empleado tomará más valor, como ese soporte para el empresario y la organización para mantenerse a flote.

Para tener éxito y fluir de la mejor manera posible debemos entender, tanto como empleados como empresarios, que no se puede aprender sin equivocarnos, pero debemos retroceder un poco y analizar en qué nos equivocamos, ver por qué hubo una mala respuesta y de esta manera aprender.

Perder el miedo a equivocarse

Con esta mentalidad hemos avanzado por muchos años y viene desde muchos años atrás, desde la educación que hemos tenido de pequeños donde nos penalizan por equivocarnos. Es natural que como adultos tengamos ese temor a cometer errores y a ser expuestos por ello, pero es allí donde entramos en un proceso de madurez, dispuestos a prepararnos, aprender, a ser vulnerables y consientes que los errores son validos y se puede aprender de ellos, por muy trillado que suene, ya que pueden ser la respuesta o el camino de entrada hacia algo mejor.

Con todo el tema de perder el miedo está también la mentalidad de dejar la comodidad atrás y eso influye directamente en el tipo de negocio que vas a desarrollar sea una franquicia o un emprendimiento propio. Ciertamente, al escoger una franquicia como un “negocio propio” se da el poder a otros por ese temor que solemos tener sobre tomar decisiones o lidiar con que algo salga mal.

La mentalidad del emprendedor, empresario o del empleado juega un papel determinante en el éxito o fracaso del negocio, pues no hay un negocio que se mueva solo y no se trata solo de invertir al inicio, si no asumes responsabilidades y tomas decisiones tu proyecto estará destinado a fracasar.

Finalmente, todo gira en torno a la mentalidad correcta que debe tener una persona a la hora de operar un negocio, es decir, no se trata solamente de ser emprendedor y tener presupuesto para invertir, sino manejarse desde el punto de vista estratégico, gerenciar y estar dispuesto y abierto a equivocarse y a ser corregido, en aras de hacerlo cada vez mejor con una visión y enfoque hacia el objetivo a largo plazo.

Recordemos entonces que una empresa no es algo que se construye de un día para otro, por el contrario, es un proyecto que se forja todos los días y no hay un manual para hacerlo perfecto desde el inicio, pues hasta las más grandes compañías cometen errores todos los días. No debemos arrepentirnos de nuestras decisiones pues están basadas en la información de ese momento y debemos ser lo suficientemente fuertes y maduros para entender que sean malas o buenas, nos dieron un aprendizaje, nos formaron en carácter y aportaron algo positivo a todo el proceso de vida en general.

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