El tema del dinero y especialmente las riquezas es muy controversial y genera todo tipo de opiniones a favor y en contra, la realidad es que venimos de una cultura iberoamericana o hispanoamericana donde estamos fuertemente influenciados por Estados Unidos y sus conceptos de éxito y riquezas.
Los hispanos, al venir de allí y luego integrarse a la sociedad española, sienten en ocasiones que en España no se reconoce suficientemente a aquellas personas que han tenido éxito a nivel profesional y empresarial, midiéndose por sus resultados económicos.
En primer lugar, es importante mencionar que en España no es habitual encontrar a un millonario hablando por televisión, siendo promocionado a través de entrevistas, o siendo idealizado por otros en distintas plataformas, como lo es en el caso de Estados Unidos, así que, evidentemente, se trata de entornos diferentes y sociedades que podrían estar condicionadas o dirigidas en diferentes corrientes.
En muchas oportunidades hemos destacado que el fin en España quizás no es alcanzar un nivel o estatus de “multimillonario”, sino el “vivir bien” o escalar hasta cierto piso de bienestar, lo que para ellos viene a ser mucho más importante que ser millonario.
¿Ser próspero es malo?
Con tantos juicios y plataformas que permiten escudarse a través de una pantalla y generar todo tipo de comentarios, quizás en España y en la sociedad en general hay un falso concepto de humildad y las “buenas intenciones” han pasado a tener un trasfondo, aunque no siempre, pero es algo que ha crecido con el tiempo, por lo que nos hemos vuelto más desconfiados, pero también críticos, incluso frente al éxito y prosperidad de otros.
Indudablemente se trata de un tema de principios, formación y de esas creencias socialistas desde revoluciones pasadas donde existe el principio de que no podía haber fortuna sin ser ilegítima o sin tener una parte negativa, lo que podría conservarse en la mentalidad de las personas y pasar de generación en generación hasta lo que tenemos hoy.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
Nuevos estándares: La mentalidad americana vs la española
La época moderna lo que nos ha demostrado es que existe una revolución informática y tecnológica, que no son descendientes de antepasados millonarios o con poder en el pasado, sino que se hicieron de su fortuna en este nuevo mundo conocido como la era de la información, superando con creces aquellas fortunas de hace muchas décadas. Igualmente, es bien sabido que muchos de los millonarios de ahora no tienen ninguna relación o descendencia con los adinerados del pasado y que simplemente hicieron su patrimonio desde cero.
Esto evidentemente demuestra que aquello sucedió en un momento, pero no es algo por lo que se rija el mundo ahora, porque todo ha cambiado, por lo que el estándar y los modelos de “riquezas” son diferentes.
Ahora bien, ¿por qué Estados Unidos fabrica tantos millonarios y otros países como España no? Es algo que puede estar en la forma de hacerlo, en cómo efectuar los procesos, pues ahora mismo esos multimillonarios provienen de la información, pero la demanda es tan alta que, aunque suene trillado, solo sobreviven los más fuertes, pero también los que mejor operen.
Los americanos están dispuestos a hacer plataformas gratis para las personas y luego se plantean como rentabilizar eso creando un monstruo y haciendo que el producto sea indispensable para la vida del individuo. En España el primer pensamiento es ¿cuánto voy a ganar? y posteriormente, se evalúa y decide si van a llevarlo a cabo o no.
España, aunque tiene un millón de aspectos positivos en su haber, podría alcanzar este nivel cambiando esa mentalidad para dominar mercado, hacerse un buen lugar y presencia, para luego rentabilizar, con el pensamiento de “ayudar y luego rentabilizar” como algo masivo pero, nuevamente, se trata de algo que viene más en la cultura y el pensamiento español sobre darle mayor importancia al bienestar que a la cantidad de riquezas, algo que no es negativo pero que, dándole un giro distinto, podrían sacar provecho de ello.[/vc_column_text][vc_column_text]
El éxito, los complejos y la reputación
Socialmente, existe un complejo de “abuso” y que no debemos dejar que las personas o los empleadores, en este caso, abusen del esfuerzo y trabajo de sus empleados. Sin embargo, es importante saber que no siempre tendremos el escenario idóneo para hacernos un camino en los negocios, por lo que debemos estar dispuestos a tomar riesgos y dar pequeños saltos de fe, siempre con sensatez.
Si en un trabajo requieren tus servicios, pero no hay una remuneración inicial, no siempre es imperativo rechazar la propuesta y pensar que desde el primer momento se trata de un abuso, por el contrario, podemos marcar un tiempo estimado y si las expectativas no se cumplen entonces dirigir los esfuerzos en otra dirección, pero no siempre, tomando estos riesgos, los resultados son negativos, por lo que hay que analizar muy bien las oportunidades y saber tomarlas cuando sea el momento.
Ahora bien, sabiendo que la cantidad de dinero no garantiza el éxito de un negocio, es importante destacar la diferencia que puede marcar el crear una marca, pues las riquezas pueden desaparecer en un segundo, pero la reputación no, y eso es lo que posiblemente como dueño de negocio te vaya a permitir levantarte o continuar aumentando esa fortuna, sea cual sea el caso.
La cultura y la educación son dos factores determinantes para interiorizar ese concepto de finalmente, trabajar para una empresa o para un patrono, cubrir tus necesidades, pero saber que esa organización produce 10 veces más de ese valor y humanamente se siente “injusto”, pero lo que muchos no observan, particularmente en Hispanoamérica, es que hay algo más allá y es que estás invirtiendo a largo plazo en algo, en ti y en tu crecimiento para apalancar posibles riquezas en el futuro ¿por qué no? Sabiendo esto, es posiblemente este factor el que impida el desarrollo de esos países, pues siempre esperan por delante de todo una compensación, lo que parece ser algo que está intrínseco en su cultura y formación.
Evidentemente, hay un tema cultural que es necesario trabajar para cualquier fin, pero con la aceleración del internet puede que las nuevas generaciones se enfoquen en ello, queriendo cambiar esta mentalidad, redefiniendo ese molde de formación y lo que nos fue enseñado, para luego volver atrás y replantear toda esa estructura acartonada y limitada a la que venimos acostumbrados.
¿Es posible ser millonario sin aportar valor a otras personas?
En este punto se trata de un tema de evolucionar y sobrepasar lo que se supone que se debe hacer, y ya en esa posición, el mercado puede ver que hay un potencial y que eso que tu ofreces no se sustituye tan fácilmente o si, pero sin dejar de lado la capacidad de expansión hacia otras características que te permitan diferenciarte de otros y marcar una diferencia a tu favor.
Principalmente, no se trata de ser millonarios solo porque sí, o por descendencia, pues esto es algo que nadie prohíbe y que está en los sacrificios, esfuerzos, capacidades y el rol que cumple cada quien, en un momento determinado, pero la realidad es que nada te impide ser millonario, solo tus propias limitaciones. En este sentido, al darle esa vuelta al chip probablemente para ti o para otros la situación sea completamente diferente y lo que antes te parecía imposible ahora no lo sea tanto, además no es algo que obligatoriamente todo el mundo tiene que querer, pues está bien si no es así, lo que a ti te gusta o te llena no puede ser lo mismo que satisface a otros y eso es completamente válido.
Probablemente no sea posible ser “millonario” sin aportar algún valor a la sociedad, pues debemos recordar que el dinero es una consecuencia, es decir, el mercado paga por lo que tú le aportes y si no hay un valor agregado las personas no van a estar dispuestas a pagar y tarde o temprano vas a desaparecer.
Finalmente, para crecer debemos estar dispuestos a jugar distintos roles, especialmente en el mundo laboral, por lo que es necesario entender que algunas veces debemos ser jefes, otras subordinados y de esta manera desarrollar todas las potencialidades posibles dentro de tus capacidades para dar un buen manejo de estrategias y funcionalidad de recursos, sumado a una innovación constante y necesaria que nos permitirá alcanzar otro nivel de poder convertido en una fórmula completamente infalible para el éxito y las riquezas.