¿Existió el racismo contra el español que emigró?

Muchos especialistas debaten el por qué a esos que hoy critican este fenómeno se les ha olvidado que muchos abuelos, bisabuelos y distintos pobladores que llegaron entonces a países de Hispanoamérica, fueron recibidos y acogidos durante las épocas de guerra donde estos destinos parecían una opción más segura y estable, se les ha olvidado esta acogida brindada y hoy juzgan a los hispanos que salen de países como Venezuela, Perú, Colombia y otros buscando mejores opciones de vida.

El racismo entre naciones se ha vuelto un tema duro y complejo que ha aumentado con la inmigración y una fuerte “criminalización” a estas personas que llegan a otros países buscando un futuro mejor.

Pero ¿realmente es así o ellos también se enfrentaron al racismo en su llegada a Latinoamérica?  En este artículo queremos detallar un poco más cómo fue esa emigración de españoles, italianos y portugueses hacia países de América Latina, cómo fue su integración y qué aportaron al país al que llegaron como extranjeros.

En el caso de los españoles que emigraron a países como Venezuela, se creó un estereotipo para los emigrantes que particularmente ocupaban cierto tipo de trabajos y eran conocidos, además, vinieran del sitio que fuera, como “gallegos”.

Esta centralización de labores hacia trabajos tan duros pudo haberse dado por una consistencia o algo que socialmente ya estaba acordado. Generalmente, cuando las personas llegan a otro país, en su búsqueda por subsistir en una nación extranjera evalúan cuáles son sus destrezas y, de acuerdo a sus conocimientos, pueden emprender un camino laboral basado en ello y así mantenerse a flote al menos en los primeros meses.

Generalmente, en Venezuela un portugués, un italiano, incluso esos españoles conocidos como gallegos, poseían ciertas actitudes y conocimientos que los fueron llevando a un escenario que conocían, a un sitio seguro donde pudieran trabajar en base a lo que conocen y así abrir una puerta que les permitiera mantenerse en ese país.

Al llegar a un país nuevo los extranjeros se enfrentan muchas veces a no tener un espacio en el mercado laboral, por lo que deben experimentar en base a lo que conocen, esto vino a ser un punto válido y digno de destacar, pues se conocían muy bien y al llegar a Hispanoamérica se dieron cuenta que en los negocios de consumo tenían una oportunidad.

Aporte de los extranjeros a países de Hispanoamérica

Indudablemente, los extranjeros como los italianos, españoles y portugueses llegaron a Latinoamérica a traer mucha cultura, identificando que en países como Venezuela quizás no había tanto de eso y que ellos podían ofrecer un enfoque nuevo y multicultural mucho más rico y válido que se mantuviera en el tiempo y brindar un aporte al país.

Lo cierto es que a los italianos, españoles y portugueses, como extranjeros les tocó asumir los trabajos que no estaba haciendo nadie o que ninguna persona quería para poder mantenerse en el país y con ello, en definitiva, realizaron un aporte importante a la cultura de los países de América Latina.

En el caso de Venezuela en aquella época la perspectiva era muy positiva por lo que representaba una de las primeras naciones para establecerse, tal y como hoy lo puede ser España. Evidentemente, para estos emigrantes Venezuela reportó en su momento una gran calma y paz que quizás en los países de Europa no había.

 

Del humor al racismo: ¿Cómo se transformó?

En un punto muy avanzado ya en la historia y quizás con todo lo que se ha vivido dejó, para muchos, de ser gracioso el hecho de “ridiculizar” o exagerar en programas de humor venezolanos, por ejemplo, al típico portugués o portuguesa trabajando en una carnicería o panadería o al italiano en una pizzería, pero ¿se veía una cultura racista en ese entonces?

Quizás se trataba solo de humor, uno que hoy pudiera tomar otra connotación y la persona podría ser tildada de racista, por un tema de “moda”, pues se trata de algo que está constantemente en boca de muchos y son señalados por cierto tipo de comentarios que en aquel momento posiblemente se realizaban con otra connotación y sin algún tipo de mala intención.

Ciertamente, en aquel momento hablar de rechazo o de racismo era algo muy extremo y es importante recalcar que no se pueden tomar decisiones o hacer juicios basados en acciones del pasado, pero quizás hubo algo que cambio en el camino, influencias, discursos, organizaciones y demás que alimentaron, en el caso de Venezuela, esa reacción negativa hacia los extranjeros en el país.

El rechazo probablemente se unió al tema de patrimonio y a las “diferencias sociales” con esa creencia dañada y trastocada de que los extranjeros llegaban y aún llegan a quitarle algo a los nacionales, mucho de esto promovido quizás por el gobierno y la acción de repetir, cuando realmente se trataba de un trabajo conjunto realizado entre los recién llegados y aquellos ya establecidos para levantar el país, pero que, en aquel momento, tenía una connotación y un sentir diferente a lo que se ve ahora de un europeo y un latino o simplemente de un extranjero entrando a otro país.

A pesar de todo esto, en un punto el europeo; español, italiano o portugués entendió que, en el caso de Venezuela, todo era un chiste y realmente se trataba con personas muy agradables, sociables, sin daños de ideología impuesta o preocupaciones sobrepasadas por la mala situación y únicamente había una hermandad con los extranjeros, por lo que muy probablemente en aquel entonces estuvieron lejos de sentir algún tipo de rechazo que hoy es tan común.

Indudablemente, la sociedad se ha vuelto un poco más sensible con este tema y aunque se trata de algo de cada quien y la percepción sobre ciertas cosas, hay que poner un poco más de atención en cuanto a la intención con la que se generan ciertas acciones y cómo pueden afectar o no a las personas.

 

La política venezolana y el odio a los europeos

 

Es importante destacar que todo este rechazo tuvo un antes y un después de la mal llamada política socialista que implementó el fallecido Hugo Chávez en su llegada al poder por el año 2000. Nuevamente, con ese discurso del progreso como algo negativo se fomenta un odio no solo al europeo sino a todo aquel que tuviera una posición económica estable y medianamente pudiente.

A pesar de todo esto no se puede negar que el europeo trajo mucho progreso a Venezuela y en general a toda Latinoamérica, en cuanto a construcción, ingeniería, procesamientos de alimentos, albañilerías, carpintería y en líneas generales mucha información de oficio que aportó evolución y crecimiento.

Finalmente, y a pesar de la sensibilidad, los baches, y a todo lo que hoy representan las conductas racistas hacia extranjeros, debemos recordar que muchos países son ricos culturalmente gracias a toda la diversidad existente, sabiendo que de todas esas culturas se ha tomado lo mejor y es algo que los enriquece en gran medida y se mantiene, por lo que históricamente no todo resulta negativo. Esto es algo que siempre debemos recordar y mantener muy cerca en nuestra creencia, evitando así atacar a quien no se lo merece, o a todo aquel que se atreve a buscar mejores condiciones de vida, teniendo la nacionalidad que tenga, pues estamos seguros que esa manera de pensar podrá llevarnos a un nivel de proyección y futuro mucho más sano y mejor que el que se tiene hoy en día.

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